Con la llegada del buen tiempo empiezan las chicas fitness a definir, a bajar el ínfimo índice de grasa que a malas penas cubre sus bonitos músculos, bajando la ingesta de carbohidratos y haciendo cardio como locas. Empiezo a ver quejas sobre lo aburrido que es hacer cardio, la molestia que les supone en el día a día... ¡ya quisiera yo! Yo no estoy loca por definir en estas fechas, necesito hacerlo durante todo el año para paliar los efectos de mi condición, y eso es precisamente lo más difícil. Tengo rinitis alérgica, asma y parece ser que algo de epoc... un regalito para no aburrirme haciendo cardio.
Cuando comienzo a correr, (obviamente al ritmo tropical más absurdo que nunca jamás hayáis visto), parece que disfruto de la libertad, aunque no dura nada más que un par de segundos, enseguida tengo que centrarme en controlar el ritmo respiratorio para no acabar hiperventilando y necesitar usar el broncodilatador, que, por supuesto, siempre va conmigo, sí, esa soy yo, la loca que corre atada a un ventolín. Correr concentrada en la respiración es muy difícil porque tus pulmones te dicen que no entra suficiente oxígeno pero no puedes respirar demasiado rápido, comienzas a sentir un poco de presión en el pecho y mucho calor en toda la cara, así que procuras respirar por la boca un poco para equilibrar la situación y volver a la concentración anterior. En otras ocasiones tienes expectoraciones, es decir flemas que luchan por salir de tu cuerpo produciéndote una sensación mayor de ahogo y tos, por lo que no te queda más remedio que escupir en un pañuelo de papel que llevabas escondido porque sabías que esto podía pasar.
Mientras tu mente calcula el ritmo idóneo para seguir corriendo al trepidante ritmo de ocho minutos el kilómetro estás siendo bombardeada con un montón de estímulos que requieren tu atención o que simplemente te distraen: aquí hay un perro que te ladra cada vez que pasas saltando sobre la valla, allí hay un jazmín en flor que aturullará tus fosas nasales con un rico pero molesto olor en esta situación de falta de oxígeno, una gramínea que te hace picosear la nariz, olores a verde que hacen que te piquen los ojos, alguien que tiene la chimenea encendida y huele a humo de leña verde y te ahoga un poco más... ¡una fiesta! No ser fit y tener mis pulmones convierte el cardio en un deporte de aventura. Aprovechad queridas: ¡Correeeeeeeed!
*** (Queridos fabricantes de bolsitas fitness para móvil y llaves ¿podríais ampliar la capacidad de éstas para poder meter el ventolín y unos pañuelitos?)
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