TIENDA

7 de agosto de 2016

Realidad.

La realidad es que nunca me había sentido baja de forma, que mi trabajo activo en exceso durante los fines de semana y en algunas temporadas del año me hacían estar en forma, sí, has leído bien, yo pensaba que estaba en forma, no una gran forma en cualquier caso. La realidad es que estaba muy equivocada, de cabo a rabo como se dice vulgarmente. Para empezar las burpees eran el demonio, sí, el mismísmo demonio, también los abdominales que tenía que hacer con los pies sujetos por debajo del sofá porque si no ni uno oiga... pensé que era algo normal al principio... pero entras en la "aplicación del sufrimiento" y claro... ves la realidad-realidad: tu cuerpo es un moco.
MOCO, sí. Blando, muy blando, sin fuerza, empujado por la gravedad irremesiblemente, el color moco lo daba el otoño, así que eso era lo único que no me preocupaba. Era como si hubiera comparado mis números con los de Superman, parecía que estábamos hablando de cosas muy diferentes... también me comparé con gente que también acababa de de empezar a entrenar como yo...
Pues sí, no sólo era asmática y alérgica, sino un 0 a la izquierda en cualquier movimiento que no fuera andar y dormitar en el sofá ¡genial!, pensé, ¡esto va a costar horrores! Por fin fui consciente del estado en el que me encontraba, a pesar de creer que no estaba tan mal, pero mi mejor movimiento era el mecanográfico, triste, sí, cierto, también. Sin embargo algo raro me ha sucedido hace poco, me dejó un momento de "déjà vu" sin ser realmente uno. Estábamos hablando con unos amigos sobre la calistenia, sí, ya hablo con los niños mayores, pues él creía que andar por el monte 19 kilómetros sin sufrir por agujetas era estar en forma, le dijimos que no tenía nada que ver una cosa con la otra, pero él insistió en que estaba en forma, pero de otra forma. No hay más preguntas señoría. A otra cosa mariposa.


Lugar mágico para tumbing y sofíng