TIENDA

20 de julio de 2016

¿Hándicap o motivación?

Algunos de vosotros habéis hecho deporte toda vuestra vida, otros habéis estado flirteando con él durante muchos años y otros habéis hecho como yo... nada, pero nada de nada, en mi vida no había deporte, iba andando al trabajo algunos días y nada más.
¿Qué me hizo enfundarme en unas mallas? Pues el caso es que lo que me sirvió de motivación en realidad es un hándicap, algunos días uno muy gordo. Hace unos años me diagnosticaron asma.. ¡Sorpresa! A mis treinta y pico años me habían diagnosticado asma con una capacidad pulmonar del 60% que es un porcentaje preocupante, además de algunas alergias, entre ellas a la humedad... ¡vivía en Alicante en la playa! Perfecto, no sólo me estaba haciendo más redondita, sino que además estaba jodida, pero de verdad. Al principio, cuando te cuentan que tienes que llevar una medicación diaria todas las noches para no despertarte por afixia, otra para evitar picores y estornudos, un inhalador todas las mañanas y un otro de emergencias en el bolso flipas mucho y recuerdas a ese muchacho gordito con gafas que sale en todas las películas, sí, ese, el que cualquier noticia le hace afixiarse, el que muere asesinado primero porque no puede correr y se ahoga, y piensas: Oh my God!. Me convertí en caracol... si antes no hacía ejercicio ahora menos, porque incluso salir a pasear me agotaba mucho, así que me quedaba con la casa a cuestas, encerrada. ¿El punto de inflexión? Contractura torácica de toser toda la semana día y noche. Todas y cada una de mis costillas dolían hasta el punto de no poder levantarme de la cama ni con ayuda: en ese momento decidí que necesitaba hacer algo al respecto. Decidí comenzar a hacer deporte. Como mi situación era crítica comencé a pasear cada día un poco más con el perro... pero no notaba cambios significativos, en absoluto. Un día decidí hacerlo a lo grande: enfundarme las mallas y a entrenar, por duro que fuera, por mucho que costara, mejoraría mi capacidad pulmonar y mi figura, un win-win. 
No sólo he aumentado mi agilidad y mi fuerza, que eran patéticas, también he aumentado mi capacidad pulmonar. A falta de confirmar con una espirometría he visto como mes a mes he ido reduciendo la medicación para el asma, cómo me han cambiado el tratamiento, aunque todavía tengo que usar a veces el inhalador durante algunos wourkouts y necesito llevarlo conmigo donde quiera que vaya. Poco a poco me voy viendo avanzar en un test de Goliaz*: de 3:45 a 16:40 hace unos días.
https://soundcloud.com/eduardo-santos-814452199/breathe

Hoy mi hándicap además es mi motivación y la fuerza que me hace seguir cada día. 


kit de entrenamiento: citronella, ventolín, servilletas y agua.