Tengo una certeza, una certeza grande. Nunca podría ser una estrella del fitness, por mucho que entrenara, me esforzara y me lo propusiera, por mucho entrenador pro que me encontrara en el camino, por mucha descarga de carbohidratos, ¿por qué no? Porque no sé posar. Sí, no sé posar. He visto que para ello hay que posar de forma interesante y golosa, a mí no se me da bien ni una cosa ni la otra, por no hablar de que no me gusta nada salir en las fotografías, no por nada, sino porque tampoco hay gran cosa que fotografiar. Hay que poner el cuerpo totalmente arqueado, para afinar cintura, sacar lordosis a espuertas, sacar culo a tope, pierna flexionada y pie en punta, sonriendo como si toda esta postura te saliera de forma natural. El pero suelto, preferiblemente peinado perfectamente y colocado de manera que no obstaculice todo el esplendor muscular para la fotografía. No hablo de la ropa porque a diferencia de mí ellas van siempre conjuntadas totalmente, zapatillas, top y mallas, minúsculas, alguna es cachetera, lo que viene siendo una braga grande, aunque yo no arriendo la ganancia de entrenar con la malla metida por el culo y los cachetes al aire, en caso de llevar calcetines tienes que llevarlos como los futbolistas, subidos hasta la rodilla o por encima de ella o minúsculos, conjuntados también, of course. Por supuesto imprescindible la actitud de diva, mirando al vacío con cara interesante o mirando a cámara con cara de golosa. No sé mirar con cara interesante ni golosa, soy de mirada ausente en plan, deja, deja, no me saques una foto. Por esto os digo que no se me subirá el pavo, ni seré estrella, estrellada nada más y a mucha honra.
TIENDA
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21 de octubre de 2016
25 de septiembre de 2016
¿Por qué?¿Por qué?
Un día cualquiera, por la mañana, sobre las once, tal vez sobre la una, en mitad de un Carrefour, en mitad de un centro comercial. Ves pasar a una de ellas, totalmente maquillada, más maquillada que peinada, quieres ser buena persona y pensar que quizá va camino de su entrenamiento. Después ves a otra, y a otra, diferentes horas, diferentes sitios... y te das cuenta de que no están vestidas para entrenar, que están vestidas, sin más. ¿Por qué? ¿Qué les hace vestirse con mallas y deportivas? Si no supiera que me metería en un lío les preguntaría: ¿entrenas por aquí cerca? ¿por qué vas vestida para entrenar? ¿es por comodidad? ¿es porque haces muchos kilómetros para compras maquillaje? ¿amas la lycra? ¿crees que estás favorecida? Porque señores y señoras, la mayoría de estas mujeres no sólo van mal peinadas y muy maquilladas sino que además no tienen un cuerpo que se vea favorecido con lycra. He llegado a pensar que debe de ser algo en el agua del grifo, quizás alguna sustancia te hace querer vestir de lycra, o te crea la necesidad de sentirse como un superhéroe en mallas, creerse sexy hasta el infinito, ahorrarse tiempo al ir al baño por no tener cremallera o botones que abrochar... esto seguirá siendo un enigma digno de Cuarto Milenio. Mientras investigan este hecho puedo prometer y prometo que nunca me veréis vestida de lycra si no es para hacer deporte, esto es, unos minutos antes de comenzar, durante y el tiempo justo que me toma ir al baño a darme una relajante ducha.
1 de julio de 2016
Día 1. En marcha
Una vez decidido el outfit para entrenar sólo tenía que recogerme el pelo y ponerme a ello. Bien. Sencillo. Pues no: Cuando tienes mucha cantidad de pelo, largo, grueso y rizado, no es fácil recogerlo y que no se escape al primer salto en el calentamiento, así que como parte de este calentamiento añadimos buscar por toda la casa todo tipo de gomas para el pelo, palos sujetamoños, clips, horquillas… lo reúnes todo en el baño y ahora tienes que encontrar la forma más cómoda de recogerte el pelo, es decir, si hay abdominales en el wourkout tienes que atar el pelo bien alto o en cada bajada el moñito/coleta te molestará y te hará hacer movimientos poco naturales con una posibilidad mayor de lesión; pero si tienes muchas mountain climbers una coleta/trenza alta molestará todo el rato dándote en la cara… eso si no bajas la cabeza en cuyo caso tu barbilla estará totalmente protegida entre tus pechos :S como lo oyes, muy raro y desagradable a la vez. Una vez decidido cómo recogerme el pelo lo hago de manera tirante para evitar que se vaya despelochando durante el entrenamiento otra vez y tenga que parar para peinarme. Ahora soy una morcillica rellena con ojos de china.
En este momento recuerdo a todas esas chicas fitness a las que sigo en Instagram y las veo a todas monísimas, maquilladas, con el pelo suelto o en su defecto una coletita muy casual... a pesar de sufrir una coleta muy tirante y el pelo cogido de una forma estratégica termino como una desarrapada.
Deporte 2-Carmen 0
25 de junio de 2016
Disfrutona profesional
Hola me llamo Carmen y soy una disfrutona profesional, es decir, me gusta disfrutar de la vida. Me gusta estar tirada en una hamaca viendo pasar las nubes sobre mí, observar las hojas que se mueven con el viento, escuchar el canto de los pájaros, leer un buen libro, escuchar la música que me gusta, bailar toda la noche…
Decidí empezar por hacer ejercicio, poco a poco. Me hablaron de una aplicación llamada Freeletics y decidí bajármela y comenzar. Lo primero era ir de compras, of course… necesitaba mallas y sujetadores deportivos, una esterilla… Este primer paso era realmente fácil, o eso me pareció hasta que tuve que probarme unas mallas. Realmente una malla no sienta bien, no si te sobran algunos kilos por aquí y otros por allí, unos líquidos por aquí y otros por acullá. Enfrentarme al espejo fue duro, me sentía como una morcillica que rebosaba por la goma de la cintura y el pecho quedaba aplastado debajo de ese sujetador torturador pero no sujeto del todo porque cuando te sobra mucha grasa también suele ser del pecho por lo que está apretado pero a la vez suelto, muy raro todo. Lo solucioné con un sujetador normal debajo del deportivo aumentando así la sensación de opresión. No voy a hablar de lo incómodo de los deportivos, me sentía rara y fuera de mi zona de confort.
Deporte 1-Carmen 0
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